NAPOLEÓN PISANI..,

NAPOLEÓN PISANI.., se encuentra en su estudio y les da a todos los visitantes la más cordial bienvenida...

Adelante amigos, siéntanse como en vuestra casa...

jueves, 8 de noviembre de 2012

LA CASA DEL VINCULO

Napoleón Pisani Pardi
Fotos: Napoleón Pisani

Fachada de la Casa del Vínculo.

    Recientemente se restauró la llamada Casa del Vínculo, la cual se encuentra en la esquina de Las Gradillas, y que, en 1785, fue heredada por el niño Simón Bolívar y Palacios, como parte de un Mayorazgo, o conjunto de propiedades vinculadas entre sí, por voluntad del presbítero Juan Félix Aristeguieta Bolívar, hijo de Luisa Bolívar de Aristeguieta, hermana de Juan Vicente Bolívar y Ponte, padre del futuro Libertador.


    La Casa del Vínculo aparece en la pintura, de autor anónimo: Nuestra Señora de Caracas, perteneciente a la colección de objetos y obras museables de la Capilla Santa Rosa de Lima, del Palacio Municipal de la ciudad capital. Esta edificación, localizada en la esquina sur-este de la Plaza Bolívar, alojaría en 1802, a los recién casados Simón y María Teresa del Toro y Alayza. Un año después ella fallece y es sepultada en la Capilla de la Santísima Trinidad de la iglesia Catedral de Caracas. Bolívar, para mitigar su dolor, vuelve a Europa. Se radica en Paris, donde llega a ser muy conocido en los círculos frívolos de esa ciudad; allí lo encuentra Simón Rodríguez, su antiguo maestro, con quien fue testigo de la coronación de Napoleón, en 1804. Un año después, cuando los dos viajan a Milán, contemplan la segunda coronación de Bonaparte. “El ver aquellas dos coronaciones y el interés que inspiraba su persona. Esto, lo confieso, me hizo pensar en la esclavitud de mi país y en la gloria que cabía al que lo libertase”. Escribió el Libertador muchos años luego.

Victorio Macho. El Libertador, postrado ante la tumba de sus
padres y de su esposa María Teresa. Capilla de la Santísima
Trinidad, iglesia Catedral de Caracas.

    En 1807 regresa a su casa de Las Gradillas, y desde allí iniciaría sus acciones conspirativas contra el poder español. Cuando en 1810 Bolívar regresa de Inglaterra en compañía de Francisco de Miranda, lo hospeda en esa residencia, donde éste comienza a dirigir las sesiones de la Sociedad Patriótica. En 1813, luego de la Campaña Admirable. Bolívar volvería a ocupar la Casa del Vínculo, que, en los meses difíciles de 1814, la usaría como Cuartel General del Ejercito Libertador; pero, ante la inminente llegada de las tropas españolas a Caracas, comandadas por el sanguinario Boves, Bolívar se vio en la necesidad de dar la orden de evacuar la ciudad capital, y tomar la ruta hacia el oriente del país. Esta lamentable circunstancia para quienes luchaban en favor de nuestra independencia, fue aprovechada por los realistas para confiscar todas las haciendas y casas pertenecientes a Bolívar. En junio de 1816, se remató en subasta pública la casa de Las Gradillas, en beneficio del Real Consulado de Caracas.

Nuestra Señora de Caracas. Capilla Santa Rosa
de Lima, Palacio Municipal de Caracas.

    En 1821, después de la Batalla de Carabobo, la casa será de nuevo propiedad del General Victorioso, ahí permaneció por varios días, para luego viajar hacia la ciudad de Trujillo, y de allí, partir rumbo a la Villa del Rosario de Cúcuta, donde el Congreso, reunido en esa población de Colombia, lo elige Presidente de la República.
    En enero de 1827, Bolívar regresa por última vez a Caracas, se aloja en su casa de Las Gradillas, y recibe las manifestaciones de alegría, de respeto y admiración de los caraqueños, y entonces sueña con vivir de nuevo en su ciudad natal… En julio se embarca en La Guaira para Bogotá, vía Cartagena. El 10 de septiembre llega a la capital de Colombia y asume el mando. En 1830 muere en Santa Marta quien nos dejó como ejemplo su obra revolucionaria. “Sus pensamientos son banderas que anuncian una era de justicia, libertad, igualdad, unidad, progreso para la humanidad”.


    Años después de morir Nuestro Padre Libertador, Anacleto Clemente, su sobrino derrochador, caradura y jugador, vendió la Casa del Vínculo al doctor Modesto Urbaneja en trece mil pesos, en 1858. Ese mismo año, el nuevo propietario dividió esa edificación en ocho locales comerciales. Durante 154 años la casa fue destinada exclusivamente para ese uso, hasta el momento en que es rescatada del olvido por el Gobierno del Distrito Capital, y convertida en Museo, como un acto de reivindicación de un pasado glorioso el cual se hace necesario perpetuar en la memoria de todos los venezolanos.








sábado, 3 de noviembre de 2012

EL MUSEO CASA PAEZ

Napoleón Pisani Pardi
Fotos: Napoleón Pisani

Museo Casa Páez, Av. Boyacá, Valencia, Estado Carabobo.

    El Museo Casa Páez de Valencia, Estado Carabobo, Patrimonio Histórico de la Nación, es un espacio pleno de recuerdos, anécdotas, y de acontecimientos de gran importancia para la historia del país. En esta casa vivió el General José Antonio Páez en compañía de su amante Barbarita Nieves, con la que nunca pudo contraer matrimonio, pues Dominga Ortiz de Páez, su esposa legítima, siempre se negó a concederle el divorcio al prócer llanero.
    En 1826, Páez le encarga al pintor Pedro Castillo, abuelo materno de Arturo Michelena, la tarea de realizar la decoración de la casa, conjuntamente con Carmelo Fernández, sobrino de Páez. Escenas de la mitología griega, medallones con los nombres de algunos próceres, escudos con la bandera de Venezuela, más siete murales que representan las batallas donde el general llanero tuvo una participación muy destacada, están pintados en los muros de los corredores y en el Salón del Sol, donde se encuentran varios medallones con los nombres de los amigos de Páez, y, asimismo, varias escenas mitológicas.


    Todas esas obras fueron terminadas en 1830, año en que el prócer llega a la Presidencia de Venezuela y comienza a ejercer su primer mandato desde esta casa, donde Barbarita, mujer sumamente culta, se encarga de cultivar el espíritu del General, quien llega a ejecutar con destreza el piano y el violín, y hasta cantar fragmentos de óperas famosas, y composiciones de su propia inspiración, interpretadas, según cuenta la historia, a través de su magnífica voz de barítono.
    Luego del Tratado de Coche, Páez viajó al exilio por última vez rumbo a Nueva York, el 12 de agosto de 1863, a bordo de la barca John Boulton, perteneciente a la Red “D” Line, fundada en 1839. Fue entonces ocupada la casa por Carmelo Fernández. Cuando en 1873 muere Páez en Nueva York, Dominga Ortiz vende la casa a José Arroyal, y en 1909, Samuel Eugenio Niño, Presidente del Estado Carabobo, siguiendo instrucciones del General Juan Vicente Gómez, compra esa vivienda que pasa a ser Patrimonio Histórico de la Nación.

Plano del Museo Casa Páez.

    En estos espacios funcionó la Comandancia de la Policía de Valencia, durante los años en que fue Presidente del Estado, Santos Matute Gómez. En este comando que funcionó hasta 1934, existía una habitación donde se torturaba a los presos políticos.
    En las distintas áreas que conforman el Museo, se pueden apreciar muchas obras de arte, armas usadas en la Guerra de Independencia, fotografías de personajes famosos, muebles del siglo XIX, vitrinas con herrajes, condecoraciones, medallones, vajillas, dibujos realizados por los presos, instrumentos musicales, más una buena cantidad de piezas de gran valor histórico.

Luis Ovalles Urriola, Director del Museo Casa Páez.

    Luis Ovalles Urriola, quien es el Director del Museo Casa Páez, cuenta lo siguiente: “En 1965 me es dada la tarea de guardián de la Casa Páez por la Sociedad Bolivariana, de manos de Doña María Clemencia Camarán, quien ejercía el cargo de Jefe de Economía de la casa. Aquí nacieron la Alianza Francesa, el centro de Historia de Carabobo, la Sociedad Amigos del Turismo, la Coral Filarmónica de Carabobo, todas esas agrupaciones formadas por gente joven, y que hoy, muchos de ellos, son profesionales muy destacados. Invito a todo el pueblo de Venezuela a visitar la Casa Páez, donde se custodia y se difunde, con mucha dedicación y respeto, gran parte de nuestra historia”.

Vista del jardín central.

Dos de los siete murales pintados por Pedro Castillo,
abuelo materno del pintor Arturo Michelena.

Salón Presidencial.

Salón de las Aguas.

Biblioteca Francisco González Guinán.

Busto del historiador Francisco González Guinán.

Cañón de Avancarga, siglo XIX.

Retrato del General José Antonio Páez.




Patio del Mango, y al fondo vista del jardín central.



Tres Panoplias, con machetes de combate, puntas de lanza y
bayonetas, usados en la Guerra de Independencia.

Cañones de Avancarga, siglo XIX.

Vitrinas que contienen piezas museísticas.

Escalera secreta que conduce a la biblioteca.

Piezas pertenecientes a la vajilla del General
José Antonio Páez.

Balas de cañón, principio del siglo XX.

Busto del pintor Antonio Herrera Toro.

Busto de Lisandro Alvarado.

Placas conmemorativas, colocadas en el Patio del Mango.


La Barca John Boulton. Cuadro de la colección del
Museo de la Fundación John Boulton, Caracas.

Sugerimos ver en el blog, el artículo: Algo más acerca de la repatriación de los restos del General José Antonio Páez, siguiendo este enlace:

lunes, 17 de septiembre de 2012

LUIS ALFREDO LOPEZ MENDEZ

Napoleón Pisani Pardi


    Voy a publicar un breve texto acerca del pintor Luis Alfredo López Méndez, donde señalaré algunos aspectos de su vida muy poco conocidos, como, por ejemplo, su relación con un buen grupo de revolucionarios cubanos, y de otras nacionalidades, que con frecuencia se reunían en su casa-taller de La Habana, en la época de la dictadura de Gerardo Machado. También hablaremos de su regreso a Venezuela, luego de la muerte de Juan Vicente Gómez, y de las diferentes e importantes actividades que llevo a cabo en el país este sobresaliente venezolano.
    El pintor Luis Alfredo López Méndez, a los 18 años de edad, se ve obligado a salir del país por estar en contra del gobierno opresor de Juan Vicente Gómez. En Nueva York trabaja como obrero, dibujante de modas, y en la Galería Seligman, especializada en pinturas flamencas del siglo XVI; posteriormente viaja a Paris como corresponsal de la revista Vogue; poco tiempo después, y durante el gobierno dictatorial de Gerardo Machado, vive en La Habana, y allí se relaciona con un grupo de revolucionarios cubanos, y de otras nacionalidades, que frecuentemente visitaban su casa-taller de la Calle Empedrado Nro. 17, y que por haberse convertido en lugar de propaganda política y centro de agitación y organización de la actividad revolucionaria, se le dio el nombre de La Covacha Roja. En una máquina de "silk-screen" adquirida por López Méndez en los Estados Unidos, se editaban manifiestos y declaraciones en contra de varios gobiernos opresores de la época.


    Julio Antonio Mella, Juan Marinello, Carlos Aponte, los hermanos Gustavo y Eduardo Machado, Antonio Guiteras, Pio Tamayo, Salvador de la Plaza, Enrique Flores Magón, Bartolomé Ferrer, Feliciano Montenegro, José Miguel Pérez, y muchos otros militantes de la izquierda internacional, se reunían en aquel espacio desordenado, que era un centro de toda clase de actividades: peña de poetas y escritores, taller de pintura, sede de reuniones políticas y sindicales, y hasta nido para intimidades amorosas. Allí asistía Carlos Boliño, un verdadero líder marxista, quien fue uno de los fundadores del Partido Comunista de Cuba, en agosto de 1925. Este valiente y consecuente luchador social, fue amigo y compañero de José Martí durante la guerra en contra del poder español. Boliño murió en 1926, a los 78 años de edad.




    López Méndez conoció en Cuba a la mujer que luego sería su esposa, y con la que regresa a Venezuela luego de la muerte de Juan Vicente Gómez. Ella era de Pinar del Rio, y así se llama su casa, en Prados del Este, donde el pintor vivió con su esposa durante largos años. Cuando en 1964 trabaje como ilustrador y diagramador en una revista, de publicación mensual, de la Radio y la Televisora Nacionales, López Méndez tenía un programa en el Canal 5 que se llamaba Lo que es Moda no Incomoda. En una oportunidad el llevo a su programa a una modelo que poso para el en traje de baño, y mientras la pintaba él hablaba, didácticamente, sobre los pasos que el artista debe hacer para realizar un buen desnudo. Esa obra, más un retrato a lápiz que el pintor le hizo a una de las secretarias que trabajaba en el Congreso Nacional, cuando él fue Vicepresidente de la Cámara de Diputados en la época de la "guanábana", estuvieron por muchos años en mi colección.


    Luis Alfredo López Méndez en dos facetas y circunstancias de su vida, se podría titular esta breve historia acerca de ese "bon-vivant" venezolano. Premio Nacional de Pintura en el Salón Oficial Anual de Arte Venezolano en 1943; autor del libro El Circulo de Bellas Artes, editado por el Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes, INCIBA, en 1969; Embajador de Venezuela en Grecia; fundador, junto con Pedro Vallenilla Echeverría y Héctor Poleo de la Galería El Greco, que estaba ubicada en Puente Hierro; Director de Cultura y Bellas Artes del Ministerio de Educación, y hasta Presidente de la Junta del Carnaval de Caracas en 1959.


    En algunas ocasiones formamos parte del Jurado de Admisión, o de Calificación en Salones de Arte, y en 1982 dimos una charla sobre el Círculo de Bellas Artes en el Taller José Fernández Díaz de Catia, el cual estaba adscrito al CONAC. Recuerdo que al final de la charla, una muchacha le hizo esta pregunta al pintor: " Maestro, ¿cuál es la pintura que más le gusta a usted?". De inmediato, y con mucha picardía, el pintor le contesto así: "Señorita, acabo de descubrir que la pintura que más me gusta es la que usted lleva puesta en sus maravillosos labios..."


    López Méndez fue el típico caraqueño de la ex-ciudad de los techos rojos, como así lo demostró su comportamiento dicharachero, jovial, inteligente, solidario, y su amor ejemplar por la urbe que lo vio nacer. En una ocasión un periodista quiso saber si su pintura contenía algún mensaje. "No, joven - le contesto - yo soy pintor, son los telegrafistas quienes transmiten mensajes".

  
Luis Alfredo López Méndez murió en Caracas a los 95 años de edad.