NAPOLEÓN PISANI..,

NAPOLEÓN PISANI.., se encuentra en su estudio y les da a todos los visitantes la más cordial bienvenida...

Adelante amigos, siéntanse como en vuestra casa...

jueves, 19 de mayo de 2011

CUADERNO DE APUNTES

Napoleón Pisani Pardi

    Se trata de algunas notas acerca de muchas cosas ocurridas en el país, que merecen ser recordadas por todos nosotros, porque esas pequeñas y grandes cosas de la cotidianidad venezolana, enriquecieron la historia nacional.

    En 1982, tuvimos la oportunidad de organizar una exposición en homenaje al Libertador, en el Taller José Fernández Díaz, ubicado muy cerca de la Plaza Pérez Bonalde, en Catia. Bolívar en el Arte Popular, se tituló aquella colectiva donde participaron algunos artistas de varias partes del país: José Arcangel, Uvi, Dionisio Veraméndez, Neke Alamo, José Márquez, Navor Terán, R. A. Chirinos, Raúl Díaz, Juan Alí Méndez, Manuel Cabrera, Andrés Antonio Alvarez, Amelia de Carrero, Elsa Morales, Carmen Castro, Luis Barón, Jesús María Rodríguez, Gerardo Aguilera, Francisca Molina, Víctor Quintero y Flores Arana.
    En aquel Taller de Arte, en Catia, se realizaron muchas exposiciones de dibujos y pinturas, de cerámicas, de artesanías y, asimismo, se presentaron agrupaciones musicales, y se dieron conferencias semanales, donde siempre se invitaba a uno, o varios artistas, que tuvieran relación con el tema a tratar. Así que cuando se habló sobre El Círculo de Bellas Artes, el invitado fue Luis Alfredo López Méndez; cuando se habló acerca de la técnica del tapiz, se invitó a Oswaldo Vigas, quien había creado excelentes tapices en Francia. Miguel Von Dangel, Chepín López, Violeta Monasterios, Perán Erminy, Denia Rojas, Alicia Benamú, Luis Chacón, Elsa Morales, Hernán López, Adrián Serrano, Nicolás Piquer, César Cignoni y muchos más, participaron en esas gratificantes experiencias semanales, donde, al final de la actividad, nunca faltó el café acompañado de no pocas y ricas galletas. Fue una buena época.


    En 1982 le hicimos una entrevista a Perina Arvelo. “Una mujer del tiempo de Gómez y amiga de Pablo Picasso”. Perina fue una veterana del periodismo nacional, fue compañera de Leo en el semanario Fantoches. “El me enseñó a ser periodista”, nos dijo Perina, y también nos habló de su primer encuentro con Picasso:
    “En 1934 hubo un revuelo anticomunista aquí en Venezuela, ese año era Secretario de Gobierno, Urdaneta Carrillo, hijo de Urdaneta Maya, entonces se desató una persecución contra toda persona sospechosa de pertenecer al partido comunista. La situación era realmente insoportable, pues cualquiera, por un simple chisme, una intriga, era metido a la cárcel. Así que un día, obstinada por esa situación, me fui a Madrid. Allí conocí al escultor Chicharro Gamo, quien, por cierto, fue el que hizo la urna donde se encuentra el Libertador en el Panteón Nacional. Una tarde me encontraba con Chicharro en la mesa de García Lorca en el Café Colón, y llegó Picasso en compañía de su mujer María Teresa Walter, cuando vio a Federico se acercó a la mesa y se sentó con nosotros. Así fue el inicio de mi amistad con Picasso”.
“ - ¿Qué pasó luego de ese primer encuentro?
- ¿Luego?, luego vino Franco y tuvimos que embarcarnos para Francia.
- ¿En Francia tenías contacto con Picasso?
- Cuando supe lo del Guernica le hice una visita a los Grandes Agustinos, que era el sitio donde trabajó ese cuadro. Ahí lo visité varias veces, hasta que se llevó esa obra a la Exposición Internacional de París que se celebró en 1937.
-  ¿Tu viste el proceso del Guernica?
-  Parte, porque cuando terminó los bocetos se encerró en su taller para hacer la pintura.
-  Perina, ¿qué te motivó a escribir un libro sobre ese monstruo de la plástica universal?. Oye, este es un compromiso muy serio, escribir otro libro sobre él, después de tantos libros, artículos de prensa, conferencias, películas, etc., etc., acerca de su vida y su obra, es algo realmente difícil, ¿no?. ¿Aportas una cosa nueva?. Es decir, ¿hay en tu libro alguna faceta desconocida del artista?
- Me motivó a escribir sobre Picasso su carácter, si, su carácter, su profundo amor hacia la República Española. Porque muchos traicionaron a la República, menos él”.

    Ese libro de Perina Arvelo se titula Infinito Picassiano, y hace muchos años que empezó a circular. Tenemos uno, y autografiado por mí querida, inolvidable, y extraordinaria amiga, Perina Arvelo.


    En 1904 fue traído a Venezuela el primer automóvil, por el Dr. Isaac Capriles, ese carro era un Cadillac, y el cual fue fotografiado por el famoso Torito. El Dr. Capriles era yerno del general Joaquín Crespo y fue miembro del primer club de automovilistas creado en el país.
    Después del vehículo del Dr. Capriles, llegó el del capitán Wrigth, de la Standard Oil Company. Meses más tarde, según Alfredo Schael, llegó a Puerto Cabello un tercer carro propiedad de un comerciante. Luego llegó un Panhard Levassor, francés, para Doña Zoila, la esposa de Cipriano Castro. Don Angel Pinedo, un personaje ligado a los inicios del automovilismo, el motociclismo y el transporte colectivo en Venezuela, contó, en 1958, que ese carro fue a parar a manos del célebre Vito Modesto Franklin, quien se hacía llamar Duque de Rocanegras, y que frecuentemente lo utilizaba para dar paseos por la otrora aristocrática urbanización El Paraíso.


    En agosto de 1944, Carmen Clemente Travieso gana Mención Honorífica en el Concurso de la Revista Alas. Ese concurso literario interamericano tenía como tema el de las condiciones sociales de la mujer de américa latina. La revista Alas se editaba en Barquisimeto y era dirigida por la periodista y luchadora social Casta J. Riera. A ese concurso patrocinado por la revista ya mencionada, asistieron escritores de Colombia, Ecuador, Bolivia y Venezuela. El primer premio fue ganado por Hilda Arreaza, de Colombia, quien recibió medalla de oro y diploma. Carmen Clemente Travieso participó con un trabajo acerca de las condiciones sociales, económicas y políticas de la mujer americana.
    Esta extraordinaria mujer trabajó como periodista en el diario Ultimas Noticias, que para el año 1944 era dirigido por Pedro Beroes, quien, junto a todo el personal que trabajaba en ese periódico, apoyó la candidatura de Yolanda Leal, a reina del Campeonato Mundial de Beisbol Amateur. Las otras candidatas eran Oly Clemente, Rosario Gómez Ruiz y Nelly Blanco Yepes. Pero fueron Yolanda Leal, maestra de escuela y residente en la Calle Triana de Monte Piedad, y Oly Clemente, quien vivía en el Country Club, las dos muchachas que eran las más fuertes candidatas al reinado de aquella VII Serie Mundial de Beisbol Amateur. Los diarios El Nacional y El Universal apoyaban la candidatura de Oly Clemente, y Ultimas Noticias, como ya lo dijimos, apoyaba a la muchacha de Monte Piedad. “Voto por Yolanda Leal –dijo Carmen Clemente Travieso– porque está más íntimamente ligada al pueblo venezolano, y puede, en consecuencia, sentir sus necesidades”.
    Aquel concurso, que al final ganó Yolanda Leal, se había convertido en una lucha de clases. Y eso lo demostró, entre otras cosas más, un nauseabundo papelito que llegó a circular entra la población, y decía así: “Yolanda Leal para la gente vulgar, y Oly Clemente para la gente decente…”
   Pero es bueno aclarar en este escrito, que las dos candidatas se habían hecho amigas, Oly Clemente y Yolanda Leal se querían y se respetaban mutuamente, y fue la candidata de la clase alta, la primera en repudiar públicamente el contenido de ese infame papelito.
    Poco tiempo después de aquel acontecimiento, Oly Clemente se casó con el teniente coronel Franz Risquez Iribarren, quien, en 1951, dirigió la expedición que llegó, por primera vez, a las cabeceras del rio Orinoco.
    En ese mismo año 1944, Carmen Clemente Travieso recibe un premio en el Concurso Anual de la Asociación Cultural Interamericana, por su Biografía sobre Luisa Cáceres de Arismendi. Su interés por la historia se resumió en títulos como Mujeres de la Independencia, Las esquinas de Caracas, y otras publicaciones más acerca de las anécdotas y leyendas de la ciudad capital.
    Esta meritoria mujer, que murió en 1983, fue bibliotecaria, bordadora, activista femenina, candidata a diputada, reportera, luchadora social y cuentista. En su relación sincera y muy cercana, con los sectores populares del país, conoció sus necesidades y luchó en favor de sus demandas.


    En el Museo Anzoátegui de Barcelona, existe una colección de imágenes religiosas de los siglos XVII, XVIII y XIX, donde existe un retablo trabajado con la técnica de tempera sobre madera, y realizado a comienzo del siglo pasado, en donde el Presidente Cipriano Castro aparece representado como San Isidro Labrador. “En esta ocasión –dice Alfredo Boulton– la pasión política se mezcló con la pasión religiosa. Dos fuerzas que han alcanzado con frecuencia la misma exaltación anímica”.
    Es necesario hacer mención que en la iglesia de Santa Ana y Santa Teresa, en Caracas, existe un retrato de Guzmán Blanco representando a San Pablo, realizado por uno de los dos artistas que decoraron la cúpula de esa iglesia: Jauregui y Manuel Otero.


    El padre Juan Francisco Hernández, dirigió una página infantil en el diario La Religión en 1936, bajo el título La Gaceta de los Nuevos. En la página de ese diario empezó a escribir, siendo niño, Alfredo Armas Alfonso. El padre Hernández dirigió esa sección del diario La Religión, bajo el seudónimo de El Tío Perejil. Este periódico se fundó en 1890 bajo el patrocinio del Sagrado Corazón de Jesús, y bajo el lema: “Amad a los hombres, detestad los errores”.
    Es una lástima que dejara de salir ese periódico que, por más de 110 años, fue un importante diario de circulación nacional.


    El escritor Ramón Hurtado (1892-1932), amigo de Tito Salas, Andrés Eloy Blanco, Eloy G. González, Eduardo Carreño, y autor del libro: Nieblas, Cofias y Molinos, le hizo una entrevista a Lastenia Tello de Michelena, que fue publicada en el diario El Universal, con fecha 10 de febrero de 1913. La entrevista tiene como título: Una visita a la viuda de Arturo Michelena. Tomaremos pequeñas partes de aquella entrevista, “… allí estaba el taller del ilustre artista. Allí trabajaba en sus obras maestras. Allí iban sus discípulos a aprender lecciones de belleza. Aquellas rosas llenaron de fragancia sus pulmones enfermos. Aquel paisaje gris, franciscano y adusto, era familiar a su rutina. Allí me fui una tarde. Moría septiembre. Atravesé el jardín alfombrado de hojas amarillas. Vinieron a abrirme.
-   Pase, voy a avisarle a la señora.
Entré. Un pequeño salón adornado con exquisito gusto. Muebles antiguos. Lienzos. Fotografías de estudio del pintor en París. Estatuas. Brazos. Y, en un ángulo, una Venús de Milo…
    Hablamos, sus manos blancas y finas se extendían indicándome los lienzos. Sus ojos verdes los acariciaban largamente, amorosamente, con la mirada. Le hablo de la gran similitud de sus rostros y el de la maja de los labios rojos. Ella sonríe…
    … Véngase siempre por aquí con sus amigos. Cuando siento que unos muchachos tocan a esta puerta, me parece que Arturo no ha muerto”.


    En la esquina de Las Monjas, estaba la botillería La Francia, un lugar muy frecuentado por los miembros de la sociedad caraqueña. Este local competía con otros negocios elegantes que se encontraban situados enfrente, o poco distantes de la Plaza Bolívar, como La India, La Glaciére, las cervecerías Donzella y Strik, a esta última cervecería iban con mucha frecuencia el Presidente Isaías Medina Angarita, Leopoldo Ayala Michelena, Luis Peraza y Joaquín González, mientras que el no menos famoso Duque de Rocanegras, prefería ir al primero de estos dos establecimientos. Otros lugares conocidos y elegantes, eran la botillería de Jaime Escofet, el Tea Room Avila, La Suiza y el negocio de lujo La Mejor, de Carlos Zuloaga, casado con una hija del historiador Eduardo Blanco, y padre del joven Armando Zuloaga Blanco, quien murió durante los acontecimientos de la invasión del Falke, en Cumaná, en el año 1929.
    Vito Modesto Franklin, quien se hacía llamar Duque de Rocanegras, un personaje extraordinario, casi de ficción, fue muchas veces caricaturizado por Leo en su periódico Fantoches, donde, en una tira cómica, convirtió a Pinocho en el Duque de Rocanegras, pues lo vistió como él, con su monóculo, sombrero de ala ancha, bastón con empuñadura de plata y “güetas” del mismo metal, sobre la parte superior de los zapatos, y siempre acompañado de un perrito, que le inventó Leo, llamado Petipuá.
    Eran los tiempos de otro perro famoso, pero real, que los asiduos a la Cervecería Donzella, habían bautizado con el nombre de Cenizo, quien se había convertido en guardián de la estatua ecuestre del Libertador. No permitía que otros perros se acercaran a este monumento. En 1925, el escritor Manuel Díaz Rodríguez le propuso al círculo de amigos de Cenizo, colocarle a este noble animal un collar de oro, que días después alguien le robó…
    Cuando Cenizo murió, los artistas, los poetas y escritores, que eran sus amigos, le organizaron un entierro apropiado a su condición de perro famoso.


    El jueves 23 de octubre de 1941, el diario Ultimas Noticias anunció el Triunfo de Venezuela en la Serie Mundial de Beisbol Amateur. El día 30 llegaron los campeones a bordo del crucero Cuba. 25.000 personas los esperaban en el Puerto de La Guaira. El poeta Andrés Eloy Blanco, en nombre del pueblo venezolano, les habló en el Stadium Nacional. También Santana Anzola, miembro de la A.V.B., pronunció unas palabras. El acto lo cerró Abelardo Raidi, para luego dar paso a una gran verbena popular que se prolongó por muchas horas.
    Días antes de comenzar la Serie Mundial en Cuba, se encontraba en la isla el pintor Carlos Otero como corresponsal de Ultimas Noticias, para cubrir el Campeonato Mundial.
    En este mismo año de 1941, se estrenó en noviembre la película Juan de la Calle, en el Teatro Avila. “Me satisface especialmente que los estudios Avila inicien su producción de películas de argumento con una obra de contribución a la solución de un problema social    –declaró el escritor Rómulo Gallegos, dueño de la empresa Avila Films–, porque yo nunca he entendido el arte por el arte solo, sino por la finalidad útil a la colectividad.
    El tema de la película es el de una novela que en seguida me propongo escribir, en cuanto a la película, su éxito es obra de la eficacia de todo el personal técnico y artístico de la empresa que, con esta producción, demuestra que no tiene nada que aprender de los extranjeros”.
    El actor Raúl Izquierdo, fue el protagonista principal de Juan de la Calle, Napoleón Ordosgosti, Gilberto Marco, Enrique D’Lima, y los niños Héctor Murga y Rafael Bravo, protagonizaron los personajes Congorocho y Morisqueta.


    La Televisora Nacional, Canal 5, en el año 53 funcionaba de 7 P.M. a 9 P.M., por lo general tenía 6 programas. Uno de estos programas era La Estampa Histórica, producido por Eduardo Arroyo Lameda, donde en una oportunidad actuó Luis Muñoz Lecaros, haciendo el papel de Simón Bolívar.
    Radio Caracas T.V. Canal 7, empezaba su programación a las 6 P.M., y cerraba a las 10 P.M., uno de sus programas más exitosos fue Cuentos del Camino, que luego se llamó Domingo a las Nueve.
    Televisa, Canal 4, comenzaba a transmitir a las 12 M., y terminaba a las 9 y 15 P.M. Sus programas más vistos eran la lucha libre y Los casos del inspector Nick, protagonizado por Alberto Castillo Arráez.


    El 11 de diciembre de 1953, trajeron los restos del general Román Delgado Chalbaud, desde Cumaná. Fueron recibidos por sus parientes Jesús Román Delgado Chalbaud, Elisa de Ojeda, Lolita Ponte y Pedro Vilachá.


    En el Salón de Lujo, del Hotel Majestic, se inauguró una exposición colectiva, el día domingo 8 de octubre de 1944, el cual fue cedido por la administración del hotel al partido Unión Popular Venezolana, con el objeto de conseguir fondos para su campaña electoral. Las 25 obras que integran la muestra, fueron donadas por los artistas: Tito Salas, Marcos Castillo, Alejandro Colina, Rafael Ramón González, Héctor Poleo, Francisco Narváez, Bernardo Monsanto, Luis Alfredo López Méndez, Martín Durbán, Armando Reverón, y otros más.


ROBO – ROBO – ROBO
    Con este título, y durante varios días, el escritor, historiador y anticuario Arístides Rojas, publicó en el diario La Opinión Nacional, en los meses de enero y febrero de 1873, el siguiente aviso:
    “Ha desaparecido de mi poder un alfiler que consiste en una pequeña piedra azulosa, chata, de poca apariencia, de centímetro y medio de largo por un centímetro de ancho, lleno en ambas caras de geroglíficos (sic) egipcios. La piedra tiene de uno a otro extremo una hendidura que sirvió antiguamente para pasar un cordón y que hoy contiene la varilla de oro al alfiler, la cual está coronada en su extremo superior por una cuenta de oro.
    Este alfiler tiene para el que suscribe además del mérito histórico, el ser recuerdo de un amigo y como la cantidad de oro es insignificante, no tiene valor para el que lo posea.
    Dará una gratificación al que me lo presentare, aunque sea solo la piedra”
Arístides Rojas
    Aquella valiosa pieza de la colección del ilustre venezolano, nunca le fue devuelta.


    El diario La Opinión Nacional (1868-1892), estaba situado en la esquina de Las Monjas, circulaba todos los días, entre las 5 y 6 de la tarde, y se llevaba a domicilio. Un ejemplar costaba 10 céntimos. Su editor, propietario y redactor, era Fausto Teodoro de Aldrey. Redactor principal: Rafael Hernández Gutiérrez. Gerente administrador: Juan Luis Aldrey.
    En esta misma cuadra, de Monjas a Principal, Martin Tovar y Tovar y José Antonio Salas, padre del pintor Tito Salas, tenían un negocio de fotografía artística, que anunciaban con frecuencia en La Opinión Nacional, con el siguiente texto: “Retratos fotográficos de todos los tamaños, desde el natural, hasta los más pequeños. Tarjetas de visita. Fotografías de Gabinete. Prontitud. Esmero y Equidad. En otros avisos, publicados en el mismo diario, anunciaban que tenían a la venta un retrato del General Guzmán Blanco. Retrato de Gabinete, tomado del natural, y cada ejemplar al precio de un venezolano. 17 de enero de 1873.
    Un poco más hacia el norte, y al lado del Palacio de Gobierno, se encontraba el famoso Café del Avila, de Ildefonso Meserón y Aranda, quien también publicitaba su negocio en La Opinión Nacional. En 1872, el inglés James Mudie Spence organizó en este local una importante exposición colectiva de arte. 527 obras integraron la muestra que se llevó a cabo en El Café del Avila. Pinturas, dibujos, esculturas, fotografías, grabados y manualidades, se exhibieron durante los tres días que duró la exposición. La mayoría de esas obras pertenecían a la colección privada de Mudie Spence, que se llevó a su país cuando en 1873 salió de Venezuela. Desafortunadamente esas obras se perdieron luego de la muerte del inglés en 1878.
    Al poco tiempo de haberse construido el nuevo local del Cine Rialto, obra del arquitecto Gustavo Wallis Legórburo, el diario Ultimas Noticias se muda para este local en 1943. Luego de permanecer por dos años en una modesta casa ubicada en Ibarras a Pelota Nº 10. Allí comenzó a circular este diario un 16 de septiembre de 1941, bajo la dirección de Pedro Beroes.
    Hay mucha historia en esta cuadra de Monjas a Principal. El hecho más relevante fue sin duda, el ocurrido el 19 de abril de 1810, en el edificio sede del Gobierno Español en Venezuela, donde Vicente Emparan recibió el repudio de los caraqueños y luego fue expulsado del país.


    El escritor Miguel Otero Silva, director del periódico humorístico El Morrocoy Azul, recomienda adquirir ese periódico. “Cómprelo, léanlo, que es como si se bañaran con cariaquito morado para alejar esa pava que los tiene locos”.


    En la página 128 del tomo I de La Tierra de Bolívar, el inglés James Mudie Spence, comenta lo siguiente: “Como la mayoría de las poblaciones de los valles de Aragua, están tan felizmente situadas por la fertilidad de su suelo, que le quita a cualquiera los deseos de trabajar”.


    Antonio Guzmán Banco trabajó como ayudante en el escritorio de Diego Bautista Urbaneja, hermano de Anastasia Urbaneja, la madre de Ana Teresa Ibarra Urbaneja. Años antes del matrimonio de Guzmán con Ana Teresa, él había cortejado a Luisa Giussepi Monagas, nieta del Presidente José Tadeo Monagas. Se piensa que la designación de Guzmán para el consulado de Filadelfia, fue una decisión de Monagas para alejarlo de su nieta. Esta joven Luisa, se casó con otro sujeto y falleció el mismo día en que se casaron Antonio y Ana Teresa


    Enrique Bernardo Núñez (1895-1964), Cronista de Caracas, proponía que se anexara al Archivo General de la Nación, el edificio colindante donde estuvo la oficina principal del Telégrafo. Idea que apoyaba Irma de Sola Ricardo, a través de su libro Los Planos de Caracas, publicado con motivo de la celebración del cuatricentenario de Caracas.


    El 15 de marzo de 1873, Meserón publicó otro aviso publicitario del Hotel del Capitolio:
Aviso al Público
    Cábeme la honra de anunciar al público que se halle a su disposición éste hotel situado en la espaciosa y elegante casa que sirvió de despacho al gobierno del Estado Bolívar. En él se encontrará mesa y alojamiento nomas como se quiera. Por la comodidad y amplitud de las habitaciones, la decencia de sus muebles, la calidad de sus manjares y licores, el esmero del servicio, el empeño de complacer a los huéspedes y otras circunstancias, creo que éste hotel es digno de la cultura y progreso de la capital y se recomienda al favor de todos.
I. Meserón y Aranda.
    A comienzo del año 1873, Meserón vendió el Café Avila, para luego atender su nuevo negocio: el Hotel del Capitolio.


    Frente al Colegio Santa María, hoy Casa de Nuestra América, José Martí, estuvo el Colegio El Salvador del Mundo, dirigido por Juan Vicente González (1808-1866). “el más vehemente de los escritores venezolanos de su época”, como así lo calificó Mariano Picón Salas. Donde estaba aquel colegio, se encuentra hoy en día La Casa de la Historia de Venezuela, de la Fundación Polar. El Colegio Santa María, que llegaría a ser el más famoso del siglo XIX, fue fundado por Agustín Aveledo en 1859. Aquí fue profesor José Martí en 1881, y fue en ese momento, en que se creó la Junta de Amigos de la Independencia de Cuba. Entre la nómina de los docentes del colegio, se encontraban los más destacados de la inteligencia de la época: Jorge González Rodil, Marco Antonio Saluzzo, Adolfo Ernst, Luis Sanojo y otros más. Asimismo, en esta institución docente se funda el Colegio de Ingenieros de Venezuela, y se llevan a cabo una buena cantidad de conferencias acerca de los más recientes avances científicos de aquel momento, pues allí se reunía la Sociedad de Ciencias Físicas y Matemáticas. Allí comienza Aveledo su labor filantrópica haciendo funcionar por las tardes una clínica para niños pobres.
    Agustín  Aveledo (1837-1926), fue un insigne educador ante cuyos méritos siempre se detuvo aquella Venezuela, de caudillos y macheteros, que consideraba pendejos a los hombres letrados que trabajaban honradamente en favor del país.
    Aquel “prócer de la paz”, como lo llamó Martí, que tenía un grado militar, siempre prefirió utilizar el título muy civil de Licenciado. Era egresado de la Escuela de Matemáticas, y fue el primer director de la Escuela Nacional de Ingeniería, y presidente, por cuarenta y dos años, del Colegio de Ingenieros de Venezuela.


    Bajo el título de Desgarrando las Brumas del Pasado, el escritor Rafael Bolívar Coronado publicó un artículo en el semanario La Revista, con fecha 4 de junio de 1916, acerca de la famosa hacienda La Patricia donde en 1863 se firmó el célebre Tratado de Coche. Tomaremos algunas partes de aquel interesante artículo de Rafael Bolívar Coronado, quien fue el autor de la letra de El Alma Llanera, llamado, por muchos, “nuestro segundo Himno Nacional”.
    “Llegamos a El Valle, y después de echar otro de lo nuevo al coleto, arrancamos hacia “La Patricia”. El cielo, al principio tan despejado, comenzó a amontonar grandes, crespas y perezosas nubes en el Norte”.
    “La casona se yergue severa, majestuosa. Se le ve el polvo de los siglos… Las tejas, los rudos barandales, la recia armazón de las galerías, hállanse como forrados en una lana gris… los rojizos muros, llenos de desgarrones profundos, los espolones de roca amadrinada, que sirven de basamento al edificio y de brocal a los escurrideros en la época de las lluvias, están arropados por las nicuas y los sarmientos trepadores”.
    “El sesenta y tres se firmó en este recinto, y en estos mismos meses el célebre tratado de Coche.
    No quiero hacer comentario acerca de tal suceso. Me repugna hablar de los hombres del año sesenta. Se trata de un doloroso recuerdo, de una lucha salvaje entre hombres de una misma raza, de una misma nacionalidad, de una misma religión. Si hubo guerra sin ideales (en caso de que admitamos el ideal en las soluciones sangrientas), esa en que el hombre cae de manos de su propio hermano, sucio de sangre y de coraje, debe horrorizar a todos los espíritus generosos. Espectáculo que nos presenta a Guzmán, a Loreto Arismendi, al doctor Rivera, a Pedro José Rojas, al Aquiles llanero como llamó Cecilio Acosta a Páez, a hombres eminentes, representativos, pues, envueltos en el huracán de las pasiones bastardas”.
    “Bajo el peso de estas abrumantes reflexiones me alejé de la arcaica mansión.
    Habiendo andado una buena pieza de terreno por la calurosa vía, arrebatado por el vértigo del automóvil, una racha de aire del valle refrescó mis sentidos. La serena dulzura de la tarde acabó de calmarme”.


    Bien, con esta pequeña nota cerramos nuestro Cuaderno de Apuntes y nos dedicamos a otra cosa, quizás a seguir en la búsqueda de la estatua perdida, o a pedirle a Dios, con mucha fe, que pulverice con un rayo vengador al disonante mamotreto de la Plaza San Jacinto.

FOTOS ANEXAS

Exposición organizada en el taller José Fernández Díaz,
en Catia, en 1982.

El pintor Miguel Von Dangel.
Foto de Napoleón Pisani,
Caracas 1982.



 
El Dr. Isaac Capriles,
yerno del General
Joaquín Crespo.
El primer automóvil que llegó a
Venezuela, traído por el
Dr. Isaac Capriles en 1904.














Leo. Retrato de Perina Arvelo.

El presidente Isaías Medina Angarita, felicita a la reina
Yolanda Leal.


Yolanda Leal, en el programa Variedades ESSO.

Oly Clemente.

Arturo Michelena. Retrato de Lastenia Tello,
esposa del pintor.
 
Los niños Héctor Murga y
Rafael Bravo, en los papeles de
Congorocho y Morisqueta,
en la película Juan de la Calle.
El Duque de Rocanegras
convertido en Pinocho.
Caricatura de Leo.














El Hotel Majestic, Caracas. Derribado a comienzo de los años 50.

Casa de Nuestra América,
José Martí, Caracas.












Napoleón Pisani.
Retrato de José Martí,
en su época de juventud.
Casa de Estudio de la
Historia de Venezuela.
Fundación Polar.
    




  


 

  




Antonio Guzmán Blanco.
Colección del Museo de
la Fundación John Boulton.





Eloy Palacios. Arístides Rojas.
 Museo de la Fundación
John Boulton.
Rafael Bolívar Coronado.