NAPOLEÓN PISANI..,

NAPOLEÓN PISANI.., se encuentra en su estudio y les da a todos los visitantes la más cordial bienvenida...

Adelante amigos, siéntanse como en vuestra casa...
EN BUSCA DE LA ESTATUA PERDIDA

Napoleón Marcel Pisani Proust

    En el diario Ultimas Noticias del día miércoles dos de febrero del año en curso, apareció una nota de prensa que pone en evidencia el sempiterno despelote de un organismo oficial al cual se le “extravían” entre otras cosas, una pequeñita escultura de 10 mts de alto y que “podría ser una obra del artista Maragall”.


OFRECEN RECOMPENSA

    Es el título de esa nota de prensa, que remeda a los carteles de requisitoria que se colocaban en los lugares públicos de las ciudades del viejo oeste estadounidense, donde aparecía la foto de algún bandido buscado por la justicia, y la cantidad de dinero que se ofrecía por la captura del susodicho bandido.
    Esta estatua “perdida”, por la que el alcalde del municipio Libertador ofrece una recompensa a cualquier persona que de  información acerca de su paradero, engrosa la extensa lista de las esculturas desaparecidas o destruidas en esta ciudad capital.
    El perro que  formaba parte del conjunto escultórico en homenaje a Carlos Gardel, desapareció. También están desaparecidos el Balzac de Rodin, el Narciso de Savesio Palezzi, los venados de bronce de la Plaza la Estrella, y, asimismo, desapareció un cristo de Francisco Narváez que estaba en el cementerio General del Sur, y otra pieza, del mismo autor, realizada en madera de caoba africana, que fue exhibida, junto con cuatro obras más, en la Exposición de la Feria Mundial en Nueva York, en 1938, igualmente  se encuentra “extraviado” un busto de Arturo Michelena, realizado por el artista chileno Virginio Arías, erigido en el jardín del Palacio Federal en 1907, y de las dos estatuas de Antonio Guzmán Blanco, derribadas dos veces en el siglo XIX, solo quedan fragmentos: dos en el Museo de la Fundación John Boulton,  uno en la Galería de Arte Nacional, y a mi “alter ego” Napoleón Pisani, le “desaparecieron” de su casa cuatro esculturas del artista peruano Víctor Delfín. Y, por supuesto, se ofrece una recompensa a quien señale el paradero de esas obras.
    Y ¿Dónde estarán todas las esculturas que hace años se encontraban ubicados en el jardín del Museo de Ciencias Naturales? Y ¿A dónde fueron a parar las estatuas de  Cristóbal Colón? Y ¿en que lugar estará la pieza desaparecida de la tumba de Teresa Carreño, en el Cementerio General del Sur?, y ¿a dónde iría a parar el torso que el escultor Eduardo Francis le donó al Taller Libre de Arte de la esquina de Salas? Allí Rodolfo Minumboc dejó algunas esculturas antes de irse para Italia a comienzo de los años sesenta ¿Dónde estarán?

    También está desaparecido un Armitage que estaba en el jardín de la Casa de Miguel Otero Silva. Lo mismo ha pasado con algunos trabajos de Andrés Pérez Mújica, Santiago Poletto, Abel Vallmitjana, Emilio Gariboldi, y los magníficos relieves de Ernesto Maragall, que adornaban la fachada del anterior edificio del Banco Central de Venezuela, obra del arquitecto Gustavo Wallis Legórburo. Gran misterio…
    Ojalá que aparezca esa pequeña escultura de Maragall, por la cual el alcalde del municipio Libertador ofrece, suponemos, una jugosa recompensa. Nosotros, con mucho entusiasmo, nos unimos en la búsqueda de la estatua perdida, aunque debe ser muy difícil localizar una obra tan diminuta, tan fácil de esconder dentro de un escaparate, o de pasar desapercibida en una vitrina donde existan una buena cantidad de “bibelots”.